miércoles, 26 de mayo de 2010

Basílica de la Transfiguración

No especifica el Evangelio dónde se transfiguró el Señor. Alude únicamente a un monte alto de la Galilea (Mc.9,2; Mt.17,1) que, en la segunda Carta de S.Pedro, donde es recordado nuevamente el episodio, se convierte, en clara referencia teológica, en el santo monte (2Pt.1,6-18). Mas la tradición de la comunidad cristiana de Palestina, ya desde los primeros siglos, ha identificado la montaña precisando que se trataba del Tabor.

 Vista desde el camino que lleva a la Basílica

En el "Tránsito de la Beata Virgen María", uno de tantos apócrifos relativos a la muerte y la asunción de la Virgen cuyo núcleo debe datarse en el II-III siglos d.C., se narra que llegada la hora del tránsito de la Virgen, bajó Cristo del cielo con una multitud de ángeles y acogió el alma de su amada madre: "y fue tan grande el fulgor de la luz y el suave perfume - escribe el autor - que cuantos allí estaban presentes cayeron postrados por tierra como cayeron los Apóstoles cuando Cristo se transfiguró ante ellos en el monte Tabor." Leemos también en el Apocalisis apócrifo de S.Juán el Teólogo: "Subió al cielo nuestro Señor Jesucristo, yo Juán, subí yo sólo al monte Tabor, allí donde ya nos había manifestado su divinidad inmaculada."


Esta tradición quedó definitivamente fijada en el siglo IV y generalizada en la celebración litúrgica. La Iglesia siria recuerda la fiesta de la Transfiguración como la fiesta del monte Tabor. Lo mismo se dice de la liturgia de la Iglesia bizantina en la que la fiesta es conocida con el nombre de To Taborion.

La víspera del 6 de agosto, fecha aceptada en toda la iglesia oriental y occidental para la celebración litúrgica en memoria de la Transfiguración, numerosos fieles de Nazaret y de Galilea suben al monte para celebrar allí la fiesta. En una fresca tarde de agosto la ascención a pie casi se convierte en una necesidad. Hay quien prefiere desviarse de la carretera sinuosa y llena de difíciles curvas, construída a principios del siglo por los religiosos Franciscanos y escalan la montaña entre arbustos, maleza y pinos, hasta llegar a la cima. El panorama es único e invita a semejantes "proezas".

Interior de la Basílica

A la cima de este monte llevó Jesús un día a sus discípulos predilectos. Así leemos en la paráfrasis del Apocalipsis apócrifo de Pedro: "Luego, mi Señor Jesucristo, nuestro rey, me dijo: subamos al monte santo. Y sus discípulos caminaros con él orando. Y he aquí que había allí dos hombres. Nosotros fuimos incapaces de fijar nuestros ojos en sus rostros. Resplandecía en ellos una luz más brillante que el Sol."



La basílica moderna construída por la Custodia de Tierra Santa siguiendo los planos del arquitecto Barluzzi, fué comenzada en el año 1921 e inaugurada en 1924. El arquitecto se inspiró en las iglesias de la Alta Siria, tanto en la fachada como en el interior. Las puertas de bronce pertenecen al escultor Tonnini, autor también de las estatuas de S. Francisco y de la Inmaculada conservadas en los ábsides laterales de la basílica, como lo es también de los candeleros en bronce que embellecen los altares. La basílica de tres naves ocupa el plano de la iglesia precedente de la época cruzada mandada construir por Tancredo príncipe de Galilea.




En el proyecto original el techo iluminaba el ambiente mediante grandes trozos de mármol que cubren directamente los de madera y que servían únicamente para hacer filtrar la deslumbrante luz que penetra de fuera. Luminosidad, por otra parte, con la que el arquitecto había querido subrayar el misterio de luz encerrado en la Transfiguración tal como lo cuenta el Evangelio. Las condiciones climáticas existentes en la cima de la montaña exigieron la copertura de cobre que quita, aunque no anula, el efecto deseado. Ahora la luz penetra a través del grande rosetón de la fachada y que después del mediodía ilumina el mosaico del ábside, obra de G.Villani, que representa a Jesús transfigurado ante tres de sus discípulos entre Elías y Moisés, que representan la Ley y los Profetas.



El arquitecto ha querido respetar, englobándolos, los restos de la iglesia y los oratorios anteriores. Las dos torres de la fachada están construídas encima de las capillas con ábsides medievales hoy dedicadas al recuerdo de Moisés y de Elías, decoradas con dos pinturas al fresco del pintor Villani que recuerda para Moisés el don de la Ley en el Sinai, y para Elías la apuesta con los Sacerdotes de Baal en el Carmelo.



Apenas entrados en la basílica, nos es posible divisar la antigua escalera cortada en la roca medieval. La escalera fue desviada hacia adelante por el arquitecto Barluzzi, por razones prácticas, a la altura de la tercera fila de columnas. La bóveda primitiva de la cripta cruzada está ahora cubierta por un mosaico, también de Villani, que recuerda las distintas transfiguraciones misteriosas de Jesús según la creencia cristiana: la encarnación, la Eúcaristía, la resurrección, el Cordero del apocalipsis, al final de los tiempos ("Y vi - leemos en el Apocalipsis -  entre el trono de Dios y los cuatro vivientes y los ancianos, un cordero que estaba en pie como degollado... y cantan un canto nuevo diciendo: Digno eres de recibir el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre nos compraste a Dios a nosotros de toda tribú lengua pueblo y nación...").




Fotos © Juan Jesús Ruiz González
Textos extraidos de la web Monte Tabor

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Fotos de Juan Jesús Ruiz González.
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